jueves, 10 de diciembre de 2015

COMIENZA EL TIEMPO DE ADVIENTO


El ADVIENTO es el primer periodo del año litúrgico cristiano, que consiste en un tiempo de preparación para el nacimiento de Cristo. Su duración puede variar de 21 a 28 días, dado que se celebran los cuatro domingos más próximos a la festividad de Navidad. Los fieles lo consideran un tiempo de reflexión y de perdón.

Durante el adviento, se coloca en las iglesias y también en algunos hogares una corona de ramas de pino, llamada corona de adviento, con cuatro velas, una por cada domingo de adviento. Hay una pequeña tradición de adviento: a cada una de esas cuatro velas se le asigna una virtud que hay que mejorar en esa semana, por ejemplo: la primera, el amor; la segunda, la paz; la tercera, la tolerancia y la cuarta, la fe.

viernes, 3 de abril de 2015

EL MONUMENTO DE SEMANA SANTA


        Se llama Monumento de Semana Santa a la capilla o altar donde se reserva la hostia consagrada, desde el Jueves al Viernes Santo.

       El Jueves Santo se consagra por el celebrante dos Hostias de las cuales consume una y otra se lleva en procesión y se reserva en el Monumento hasta el día siguiente Viernes en el que no se consagra y por cuya razón se llama aquella misa, de Presantificados, es decir, de objetos santificados anteriormente.

        El llamado Monumento que damos al sepulcro del Señor, se dispone ahora de antemano en una capilla lateral del templo.
       
      Puede adornarse el Monumento con todo el aparato festivo, colgaduras , frontal blanco , flores y un competente número de velas blancas las cuales no pueden ser menos de doce.

    En él no han de ponerse paños negros, ni trofeos de la pasión, ni tampoco reliquias, ni imágenes de santos. En la parte  interior del Monumento habrá un pequeño altar sin Cruz, con seis velas, frontal blanco, manteles y corporales y sobre o detrás de él una arquilla o urna (generalmente en forma de sagrario) con otro corporal. Tendrá ésta una portezuela sólida como la de un sagrario. La llave de la referida urna, una vez reservado el Cuerpo del Señor debe conservarla y llevarla el celebrante de los oficios del Jueves y Viernes Santo; estando prohibido que por ningún título ni pretexto se dé a guardar dicha llave a otra persona, por encumbrada que sea. Ha de evitarse llamar a la urna o arquilla como "sepulcro" ni que tenga forma de tal.